En un mundo que lucha contra la epidemia de obesidad y las enfermedades crónicas no transmisibles, el hecho de que las bebidas azucaradas sean responsables de 184.000 muertes por año es un dato más que relevante. Así lo alertó un equipo de científicos luego de que un estudio revelara por primera vez el saldo de víctimas fatales vinculado con el consumo de este tipo de bebidas.
Se trata de una "bomba de tiempo", aseguran, ya que los menores de 45 años son los que consumen más cantidad de bebidas endulzadas artificialmente y están en mayor riesgo de diabetes y obesidad.
¿CUANTO CONSUMIR?
El azúcar que consumimos en la dieta proviene de diversas fuentes. Además de estar en gaseosas, jugos y bebidas energéticas, se puede encontrar en numerosos alimentos procesados, incluso algunos en los que uno no imaginaría que lo contienen, como por ejemplo, el ketchup. Por eso, a la hora de controlar la ingesta de azúcar hay que tener en cuenta esto y sumarlo al consumo de azúcar que se le agrega a las infusiones o a los alimentos preparados en casa.
En marzo de este año, después de un periodo de consulta pública, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer sus recomendaciones respecto al consumo de este producto: el azúcar no debe aportar más del 10% de las calorías diarias tanto en niños como en adultos.
Esto significa que para una dieta de 2.000 calorías, se puede consumir hasta unos 50 gramos de azúcar por día, el equivalente a unas 12 cucharaditas de café.
No obstante, la entidad sanitaria mundial apunta que lo ideal, para "proporcionar beneficios adicionales para la salud", es que la cantidad consumida de azúcar quede por debajo del 5% del aporte calórico (seis cucharaditas o 25 gramos).
En el caso de los niños, el consejo es no sobrepasar los 37 gramos (para una dieta de 1.750 calorías).
El consumo excesivo y reiterado de bebidas azucaradas tiene un impacto negativo sobre la salud, porque se trata de productos que aportan "calorías vacías" al organismo. Es decir, brindan sensación de saciedad sin aportar nutrientes, lo cual provoca una reducción en la ingesta de otros alimentos y bebidas con mayor contenido de nutrientes, como jugos naturales y verduras, que deberían estar presentes en la dieta regular.
"Las gaseosas son alimentos de bajo valor nutricional, que aportan enormes e innecesarias cantidades de azúcar a la dieta. La Argentina está entre los primeros puestos de consumo de gaseosas en el mundo, situación que contribuye a empeorar la creciente epidemia de obesidad en niños y adultos que se observa en nuestro país", explica Lorena Allemandi, directora del área de políticas de alimentación saludable de FIC Argentina.